Aún queda esperanza...Palestina y todo lo demás
De nuevo y por noveno año consecutivo se ha realizado el proyecto “VACANCES PER LA PAU”. Deciros que es un proyecto donde niños de los campos de refugiados de Palestina vienen a Barcelona a pasar 3 semanas en un entorno distinto, con niños y niñas de aquí, y con actividades que algunas de ellas sería imposible realizar allí.
Los menores son distintos cada año y tienen entorno a los 10 años, son 5 niños y 5 niñas, todos en situaciones económicas muy precarias y en todos los casos huérfanos de padre o de madre.
Este proyecto lo lleva a cabo la I.A.C. pero son muchas las entidades y personas que colaboran aportando su granito de arena para poder hacer realidad este proyecto, co.bas como en otras ocasiones es una de ellas, con las horas de un voluntario y con una aportación económica.
El que os escribe ha sido el privilegiado que ha compartido unos días con ellos, este proyecto tiene dos claras intenciones, la principal, visualizar el conflicto Palestino y denunciar una ocupación ilegal por parte del estado de Israel, y por otro lado permitir a un grupo de niños y niñas la posibilidad de pasar unas vacaciones irrepetibles. Aunque yo he encontrado un tercero y no es otro que la SOLIDARIDAD.
Os quiero hablar un poco de ellos y de su situación.
Este año todos son huérfanos de padre algunos de ellos desde hace muy poquito. Llegaron al aeropuerto de Barcelona un poco asustados y muy cansados después de un larguísimo viaje, ya que salir de los campos de refugiados por los cheks-poins del ejército, fronteras de Israel y Jordania para llegar al aeropuerto de Aman tomar el avión que vía Kiev llegaría finalmente al Prat, no es cosa sencilla.
Durante los primeros días, realizan un sinfín de actividades, desde talleres de circo, cometas y pintura, jornadas enteras en Tibidabo o Marineland, hasta visitas no tan deseadas para ellos como la exhaustiva revisión médica o visita al dentista. Y todo ello gracias a gente altruista que como cada año hacen un hueco, complicado a veces, para poder atenderles.
Los últimos días de su estancia en Catalunya los pasamos en Sort, esta vez fueron 5 días. 5 días repletos en todos los sentidos, raffting, barrancos, canoas, agua, mucha agua y muy fría, pero sobre todo humanidad y solidaridad altruista, la cual no deja indiferente. Al menos a mí no.
Cuando más tiempo pasas con los niños, más conscientes eres de su mundo y de sus vivencias. Nos contaba una monitora que dormía con las niñas que una noche una de las niña se levantó, parecía sonámbula, medio gritando, medio llorando pero muy asustada, horrorizada, no está despierta, no es consciente, y las jóvenes monitoras catalanas asustadas sin saber qué hacer, hasta que la monitora palestina, simplemente la abraza y la acuesta de nuevo, para que finalmente regrese el silencio nocturno, la calma en la habitación. Es en esos momentos cuando recuerdas las cosas que te explican de como en los campos de refugiados entran por la noche los soldados disparando al aire haciendo redadas indiscriminadas, y esto lo hacen varios días consecutivos, en definitiva sembrando el terror, sobre todo en los más débiles, los niños y niñas que después de varios días de falta de sueño caen rendidos a cualquier hora para poder recuperarse. Esta es una de las muchas estrategias con las que el ejército israelí somete a la población palestina y que consiguen a la larga su efecto. Como seguramente sean los terrores nocturnos de algunos de ellos.
Ahora dejarme hablar de toda esa gente que de forma anónima y altruista, cada cual dentro de sus posibilidades, hizo posible que los niños y niñas pudieran olvidarse durante unos días de sus miedos. La familia que ya tenemos en Sort es un ejemplo de lo que estoy diciendo. Si pensamos que fuimos en plenas fiestas del pueblo, que es agosto, época en la que más trabajo hay por el turismo, y que por algún problema avisamos con poco tiempo, pues la forma con la que se volcaron para poder hacerles actividades como raffing, bajada de barranco, canoas, etc., buscando los equipos, encontrando el hueco en sus trabajos y además, sin coste alguno, fue ejemplarizante, lo hacen con una humildad enternecedora, encima preocupados por si les había gustado a los niños, por si se lo habían pasado bien, yo pensaba: “ no sabéis lo que estáis diciendo”. Esto te devuelve la fe en el ser humano. Lo hacen porque les sale, porque son así, porque quieren hacerlo, nada les obliga. Como el gran ejemplo institucional de la CUP que gobierna en Sort, izando la bandera Palestina en el consistorio, algo que en una población donde se ha intentado desde gobiernos anteriores atraer al turismo Israelí es un gesto contundente.
Hay ejemplos en todas las poblaciones donde han estado los niños, personas que dan su tiempo y dan cariño verdadero en el tiempo que han compartido con ellos.
Con Gente así, aún queda esperanza para Palestina y todo lo demás...
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